En el norte de Portugal, nace el Quintal, enmarcado por olivos, castaños y naranjos, donde el silencio es lo más importante. Con el mar al oeste y las montañas al este, no pierde su encanto cuando el sol se pone y surge tímidamente el cielo estrellado. En el Quintal, el granito irregular típico de la región compone cada Casa, que abraza la Eira que un dia fue espacio de intenso labor dela gente de la tierra, pero donde hoy se perpetúa el encuentro de vecinos, familiares y gente de tierras más lejanas, haciendo de las Eiras importantes marcos de vida.